Por tu boca conocí la perdición, y ahora mi alma condenada está...tu piel es el remedio para este mal...rompe las cadenas que atan mi corazón a esta tierra y llévame contigo.
Uneme de nuevo a ti, ata el hilo de plata que une nuestras costillas y nos condena a permanecer unidos en la eternidad y si el mundo nos condena que más da.
2 comentarios:
Pues yo con romper el hilo de plata a día de hoy me conformo. Un abrazo.
Eventualmente lo lograras, estoy segura...Besos!!
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