Rompe la coraza que me cubre el corazón,
atraviesa el silencio de mi soledad;
borra el espacio de mi memoria contaminada
y llénalo de nuevo con tu presencia.
Conviertete en la entidad que anhelo
en mis mañanas, se tan indispensable
como el café que me mantiene en pie cada día.
Corta el cordón que me ata a la tierra
y mantiene mi cordura.
Habita entre mis sabanas
y al final sólo mírame...
y al final sólo mírame...
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