miércoles, 19 de enero de 2011

Por ti...


Por tu boca conocí la perdición, y ahora mi alma condenada está...tu piel es el remedio para este mal...rompe las cadenas que atan mi corazón a esta tierra y llévame contigo.
Uneme de nuevo a ti, ata el hilo de plata que une nuestras costillas y nos condena a permanecer unidos en la eternidad y si el mundo nos condena que más da.