
Niño malo, me haces extrañarte tanto que quiero llorar...nos vemos mañana...


No escuché tus palabras mientras me hablabas; no escuché tus pasos mientras te acercabas a mí; tampoco me percate de tu larga y oscura cabellera que se alborotaba juguetona con el viento... y, desde luego, no escuché tu nombre.