lunes, 13 de octubre de 2008

Mientras Recordaba...


Extraño tu andar disimulado cuando pasas junto a mí y ese olor a fruta fresca que dejas tras de ti.
Extraño el sonido de tu voz y tu sonrisa maliciosa cuando me haces creer que no hablabas sobre mí.
Extraño como me tu mirada se cruza un par de segundos con la mía para después fingir que no lo has hecho…para fingir que ni siquiera me has visto.


Extraño como apuestas a ganarme y al perder te encolerizas para después dar paso a una carcajada, un abrazo, un beso...
Extraño los detalles que cada mañana fingías olvidar, para cinco minutos después volver tus pasos atrás y reñirme porque no te los había recordado.
Extraño que no me extrañes; extraño que no te olvide.
Extraño perderme entre tus brazos mientras pretendo que el mundo, fuera de ti, no existe...

4 comentarios:

Doctor Spawlding dijo...

En serio, te vas a convertir en mi escritora guía en lo que al amor se refiere. Siempre das en el el clavo. Escribes de maravilla, mi más sana envidia, ójala yo pudiera escribir esas coas a la persona que amo, mi ¿talento? solo da para describir cosas atroces u oscuras. Una pena.

Mercy dijo...

No creo que sea una pena, por el contrario me parece que al leeer tus escritos puedo sentir como se revela el lado oscuro que duerme dentro de mí...además este espacio no sería nada sin mi más fiel lector...gracias!!!

Alegoria dijo...

¡Yo también te extraño, amiga! Extraño nuestras charlas hasta altas horas de la madrugada. Extraño nuestras lecturas de tarot. Extraño las idioteces que se nos ocurrían cuando trabajábamos en una historia. Extraño nuestras noches de alcohol y el muestrario de trofeo encima del armario de la cocina.
Extraño nuestras caminatas sonámbulas matutinas. Tantas cosas, ¿cuándo te animas y me haces una visita?

Mercy dijo...

Estoy ahorrando hasta el último de mis centavos para darle el salto al charco y visitarte, dame un poco de tiempo y te cumplo la promesa, y así volveremos a pasar las noches en vela bebiendo como enajenadas e inventandonos las más descabelladas historias...