lunes, 3 de mayo de 2010

El destino, tú y yo...


Te recuerdo, igual que ayer, igual que siempre. No puedo evitar sentir el filo de la nostalgia taladrando mi memoria. Todo me recuerda a ti. No puedo evitar encontrarte en todos los rincones de la habitación y en mi propia piel.


te encuentro en las mañanas frías de enero, en los días de lluvia y en el aroma del café...


Mi barca se mueve hacia el puerto...hacia donde la luz del faro me guía, mientras la tuya permanece en alta mar, en espera de algo que aún no logro descifrar.


Espero...espero lo puedas encontrar.

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